
El niño…
extrañado
por dentro se miró en su río,
pura adolescencia descubriendo senos
dedos detenidos en puro deseo
sin saber qué hacer.
El discurso muerto
de hazañas inventadas
para los amigos.
No es lo mismo
pensó su vientre en llamas
la pálida mejilla teñida de rubor
saliva con gusto a miedo
ansias de escapar
del vuelo.
Y ella…
purrete que me estás cansando
con tanto remilgue
de tus dedos.
Largate al piletón
poné tu timidez en la vereda
venite que no muerdo
ni te cobro
debut vale la pena
refresca el sinsabor barato
dejame pibe que te enseñe
la vida que se inicia
luego vete…