Corre hacia el camino que te hace feliz y deja de lado todo lo demás. Aunque otros se sientan infelices por tus elecciones, si tus decisiones son para tu más profundo y elevado Bien y no dañas con tus acciones directamente a otros, nadie tiene derecho a reclamarte nada. Si alguien te reclama es porque ese alguien no es libre: está atado a ti.

Por ejemplo, si decides de pronto alejarte de una relación de familia o de amistad o de trabajo porque descubres que ya no te hace feliz mantener ese vínculo, hazlo amorosamente para que los otros entiendan que no estás yendo “en contra de ellos “   sino  “a favor de ti mismo”

El egoísmo tiene mala prensa porque es visto como un acto de des- amor hacia el prójimo. Sin embargo, muchos actos de amor hacia uno mismo que son juzgados desde afuera como actos egoístas, no lo son.

Se puede generar fácilmente este sentimiento de culpa desde el adoctrinamiento religioso, político, sanitario (como en la coyuntura actual) y especialmente desde la crianza familiar.

Si cumples con los compromisos que libremente has asumido, puedes iniciar nuevos caminos cada vez que surjan ante ti. Los compromisos que ya no tienen sentido para ti se pueden reprogramar y rediseñar.

Desde el momento en que nos hacemos adultos responsables y conscientes, el bien más importante del que nos tenemos que hacer cargo es nosotros mismos. Si no soy feliz, no puedo irradiar felicidad para otros. En los aviones los carteles indican que en caso de peligro los adultos tienen que ponerse primero ellos la máscara de oxígeno y luego ayudar a sus niñ@s. Porque mal puede ayudar alguien a otro a respirar si se está asfixiando.

Si elijo traer un ser humano al mundo, tácitamente estaré aceptando el compromiso de acompañar a ese ser humano hasta que pueda valerse por sí mismo. Por lo tanto libremente estoy eligiendo mis prioridades: decido a cada momento a qué y a quién le brindo mi tiempo y energía.

Sigo actuando desde mi libertad porque estoy eligiendo el camino de mi vida.

Todos elegimos libremente algo todos los días a cada minuto.

El problema es que la gran mayoría de las veces no lo elegimos a consciencia y conectados con nosotros mismos. Por ejemplo, si todos toman café y a mí me gusta el té, tal vez elija café para seguir a la mayoría y no dar trabajo al anfitrión pero generalmente no soy consciente de que estoy haciendo exactamente eso.